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INFORME SEMANAL Nº 874
ESTADO DE LAS RESERVAS AL 10 DE JULIO DEL 2019

últimas 4 semanas

La semana ha transcurrido libre de precipitaciones, dominada por el ingreso de aire polar que promovió un intenso secamiento del ambiente, además de un despliegue generalizado de heladas, principalmente entre el viernes y el domingo, llegando el enfriamiento a su apogeo durante el amanecer del sábado. Por entonces, vastos sectores del norte entrerriano registraron temperaturas mínimas del orden de los cinco grados bajo cero, marcas algo más moderadas del centro para el sur de la provincia, debiéndose aclarar que el rigor ambiental no tuvo excepciones. Desde el domingo el rigor de las bajas temperaturas comenzó a ceder con la rotación de los vientos al sector noreste y a durante el lunes si se observaron heladas, las mismas fueron débiles.
La misma circulación, por estos días ha incrementado las marcas térmicas, dejando un ambiente confortable, con una ligera incorporación de aire húmedo que dejó algunas neblinas en el sudeste. Esta recomposición de humedad, puede facilitar la aparición de algunas lluvias débiles durante la jornada de mañana, las cuales darán paso a un nuevo ingreso de aire frío. Este cambio de ambiente quedará lejos del enfriamiento observado durante la semana pasada, sin que esté previsto un descenso térmico capaz de producir heladas.
Tras el paso de sistema frontal, la masa de aire frío reforzará las condiciones de estabilidad y encamina el mes de julio a cerrar con acumulados pluviales por debajo de los normales.
Los niveles de reservas se mantienen en buena forma. Gran parte del centro sur de la provincia ostenta una condición óptima de humedad. Igualmente las excesivas lluvias de junio han atrasado las labores de siembra y no parece probable que se pueda cumplir por completo con la intención que aspiraba, al menos, a repetir la superficie de la campaña pasada.

INFORME CLIMÁTICO MENSUAL

Junio cerró con una intensa transición a condiciones de ambiente invernal.


DIEZ DÍAS DE LLUVIAS ABUNDANTES


Durante gran parte del mes de Junio se observó una continuidad del otoño, basada fundamentalmente en la persistencia de la circulación del sector noreste, con importante aporte de aire húmedo sobre la franja central del país. Sobre este sector especialmente se concentraron las precipitaciones, con máximos pluviales que tendieron a ubicarse sobre ER y el este de BA, aunque con aportes que lograron derivar hacia el oeste los cuales fueron montos marginales respecto de los acumulados sobre el este.
En el mapa que resume las lluvias del pasado mes, se observa una clara división que establece la línea pluvial de los sesenta milímetros. Al este las lluvias son sobreabundantes, decreciendo rápido hacia el oeste.
En vastas zonas de ER y el este de BA, las lluvias acumuladas superaron los ciento treinta milímetros, con áreas reducidas que llegan hasta doscientos milímetros. Sobre el este bonaerense varias localidades han alcanzado un record histórico de lluvias para el mes de junio (Buenos Aires, La Plata, Las Flores, Tandil, Villa Gesell, entre otras). Las provincias de Chubut, Rio Negro y Neuquén también tuvieron aportes pluviales significativos. Recordemos que gran parte de estas precipitaciones se registraron dentro de la segunda década del mes pasado, luego se observó un marcado retroceso en la oferta de agua, el cual quedo vinculado a la primera llegada de aire frío en fechas en que el almanaque marcaba la llegada del solsticio de invierno. El secamiento del ambiente fue progresivo y se fue fortaleciendo con sucesivos pulsos de aire frío, los cuales, con el aporte de aire polar, terminaron por definir las actuales condiciones ambientales, las cuales a pesar del rigor, no pueden catalogarse de inusuales para esta altura del año.


Volviendo al análisis pluvial, la contrapartida de lo observado en el este de la región pampeana se destaca en el norte del país. La escasez de lluvias no sorprende sobre el NOA, pero si es poco común sobre el este. En Formosa, en particular, se observó el junio más seco desde que se llevan registros (57 años). El centro norte de Corrientes y Misiones recibieron lluvias modestas, en algunos casos nulas, algo que se repite en Chaco, Santiago del Estero y Santa Fe, comportamiento que resulta favorable para afianzar la mejora de los anegamientos que había dejado el mes de mayo.
El mes de julio mantiene la continuidad de las precipitaciones escasas o nulas con que cerró el mes de junio. Esta tendencia posiblemente se consolide durante la primera quincena del mes en curso y las lluvias que puedan llegar en la segunda parte, no se perfilan abundantes.
Analizando las precipitaciones mediante la comparación con los valores estadísticos (1973-2018), las lluvias de junio quedan clasificadas en las categorías que expresa la escala.
En primer lugar se destaca la sobreabundancia de precipitaciones sobre el este de la región pampeana, la cual se modera hacia el oeste, aunque en general se observan zonas que estadísticamente han superado los valores normales, aun sin que los montos sean comparables a los del este. Los desvíos positivos de las lluvias se proyectan a las provincias del norte de la Patagonia, sin que deba tenerse en cuenta la anomalía en la provincia de Jujuy, debido a que la zona transita la estación seca y aun con lluvias menores se suelen generar este tipo de desvíos.
El noreste del país concentra las precipitaciones con desvíos negativos más importantes, contrastando con lo sucedido en mayo. Hemos reconocido que esta circunstancia, en esta ocasión no es un inconveniente sino más bien un beneficio. Algo similar se proyecta a la región oriental de Paraguay, zona agrícola que también sufrió durante mayo una muy significativa sobreoferta pluvial.


 


 


 

Si bien desde el último fin de semana, el aire frío comenzó a posicionarse sobre gran parte de país recuperando fechas que le pertenecen, el enfriamiento más importante aún no llega a su apogeo.
Debemos tener en cuenta que el mes de junio tuvo un comportamiento inusualmente cálido, con desvíos positivos significativos en los promedios térmicos respecto de los valores estadísticos, los cuales fueron acompañados por días que se sucedieron con altos valores de humedad. Recién luego de las sobreabundantes lluvias de la segunda década del mes pasado, el invierno comenzó a perfilarse. En términos meteorológicos junio tuvo un comportamiento otoñal, impactando sobre el potencial enfriamiento del trimestre de invierno.
Como decíamos la transición de junio para julio trajo cambios. Las masas de aire de origen tropical ya no logran sostenerse, los vientos de componente sur comienzan a ganar el dominio de la circulación de aire y en consecuencia el cambio de ambiente es, a la vez de contundente, lo esperado para el mes normalmente más frío del año.

CLASIFICACIÓN DE LAS RESERVAS

Como es habitual, se analizan las condiciones de humedad actuales mediante la comparación con los valores de reservas normales para la fecha. Los resultados se clasifican en categorías, teniendo en cuenta para la estadística la serie de datos1973-2018.
La menor oferta de agua que se viene observando desde hace unas dos semanas, ha favorecido el retroceso de los excesos hídricos en gran parte de la franja este de la región pampeana. Esta mejora en las condiciones de piso permite retomar las siembras de la fina, la cual estaba muy atrasada sobre la provincia de ER, con mayor margen sobre BA, donde ha vuelto a tomar ritmos.
La clasificación de humedad para una pastura es muy favorable en gran parte de la región pampeana. Considerando que los cultivos implantados recientemente tienen escasa demanda de agua, podemos considerar que la mayor parte de las áreas que han ido a fina tienen suficiente disponibilidad de humedad. Está claro que por sectores, hay un diferencial positivo que seguramente el centro oeste de BA y las vecindades de LP, tienen un panorama más ajustado, aunque no inviable para el desarrollo de los cultivares.
Con lo que ha llovido en junio, las reservas de humedad han alcanzado niveles que bien pudieron definir el margen necesario como para transitar el mes de julio con precipitaciones modestas, incluso por sectores sin lluvias, principalmente sobre el este. Zonas de CB o del oeste santafesino que ingresaron al invierno con los perfiles con la carga necesaria, pueden demandar algunas precipitaciones de mantenimiento durante agosto, sin embargo es razonable pensar que gran parte de la evolución de la fina está meridianamente resuelta para lo que resta del invierno.


Para la misma fecha del año pasado, la situación no se presentaba significativamente diferente sobre la provincia de LP y buena parte del sudoeste bonaerense, prevaleciendo un situación más sobrada sobre el resto de la región triguera, que incluso en la transición hacia la primavera se sostendría favoreciendo el tránsito del periodo de floración sin limitantes hídricas.
Las condiciones actuales permiten ser optimistas de cara al desarrollo de la fina. Como decíamos, los niveles actuales de reserva definen condiciones de partida que pueden presentarse diferenciadas, pero que en general, los pisos de requerimientos de agua estarían disponibles. Si se confirma una evolución del invierno con una recomposición de ambiente húmedo, la primavera puede tener una buena oferta de agua, con lo cual la campaña de granos finos no se vería comprometida por deficiencias hídricas y el riesgo residual quedará vinculado a las vicisitudes que impongan las eventuales condiciones de tiempo severo.

TENDENCIAS CLIMÁTICAS

Indicadores de Escala Global
Si bien las condiciones de El Niño de intensidad débil que se viene imponiendo desde el trimestre de otoño persisten, las mismas no están siendo influyentes sobre el comportamiento pluvial en la región pampeana. La sobreoferta de agua del este de la región contrasta significativamente con lo observado en el NEA y Paraguay, sectores que presentaron un fuerte retroceso pluvial y que normalmente tienen una señal positiva bajo una señal Niño más activo. Es por eso que nos inclinamos a pensar que las lluvias de junio están vinculadas a las anomalías de circulación de la escala regional, las cuales impusieron masas de aire tropical sobre la franja gran parte del país.
El mapa que muestra el promedio de anomalías de cuatro semanas del mes de junio, presenta un debilitamiento del desvío positivo en la zona central del Pacífico Ecuatorial, destacándose una fuerte anomalía cálida en la zona de influencia de la corriente oceánica de Brasil. Es decir, el litoral Atlántico fue un indicador propositivo a la hora de aportar humedad al continente. Bajo las condiciones de circulación adecuadas, esta cantidad extra de vapor de agua fue transportada a las regiones productivas de Argentina y Uruguay fundamentalmente, favoreciendo el despliegue continuo de lluvias y lloviznas a lo largo de diez días.


Indicadores de Escala Regional
Como puede notarse, el párrafo anterior refiere a condiciones dinámicas que se vinculan a la escala regional, es decir, la escala planetaria, el fenómeno de El Niño por caso, no parece imponer condiciones sobre estas estructuras dinámicas, lo cual en cierta manera lo convierte en un indicador de poca relevancia, aun cuando el resto del trimestre frío pueda transcurrir con su señal todavía activa.
Los cambios de circulación en la escala regional, tienen un correlato de corto o mediano plazo con el comportamiento pluvial. De esta manera y debido a la reciente entrada de aire frío ya podemos perfilar que aun con un cambio de circulación al sector norte a partir del domingo, no será sencillo recomponer el escenario húmedo y es por eso que la tendencia para el mes de julio es deficitaria a gran escala, con fuerte tendencia de las precipitaciones a cubrir áreas del este, con bajas chances de moverse hacia el oeste. Esta distribución es esperada para el mes de julio, aunque los montos pueden quedar por debajo de los valores normales.
La intensa semana de frío que estamos transitando no es suficiente como para reformular las tendencias previas que proyectaban un trimestre frío benigno. La actual condición, aun presentando desvíos térmicos negativos, está perfectamente ubicada en el calendario. Estimamos que los mayores enfriamientos del invierno se consolidarán dentro de este mes, pero también es probable que agosto evolucione hacia condiciones más cercanas a las que mostró el mes de junio que a la continuidad del frío que presenta este comienzo de julio. La segunda quincena del mes será un buen indicador para saber hacia dónde se inclina la balanza y eventualmente analizar potenciales correcciones de la tendencia.

CONCLUSIONES

De acuerdo al diagnóstico climático del último período y al análisis de los principales indicadores de escala global y regional, proyectamos el siguiente comportamiento pluvial y térmico para el próximo bimestre:
1. El fenómeno de El Niño se mantendrá durante el resto del trimestre frío, con escasa influencia y con pocas chances de proyectase como forzante climático de peso para la primavera. La escala regional se impone sobre las señales de escala planearía.
2. Durante lo que resta del mes de julio, muy probablemente las lluvias se mantengan por debajo de los valores normales en gran parte de las zonas agrícolas principales de Argentina y Uruguay. Las lluvias pueden tener una mejor oferta sobre la franja este en la segunda quincena, pero igualmente no alcanzarían los valores normales.
3. La transición julio agosto ya debería mostrar un cambio en la tendencia de la circulación. Si se da un retorno rápido al predominio de los vientos del noreste, las lluvias de agosto cambiarán su comportamiento respecto del mes de julio y como piso, gran parte de la franja este del país recibirá las lluvias normales. Este comportamiento, también vale para el oeste, pero que en general eso no significa aportes pluviales destacados aunque si valorables a la hora de mantener la humedad para el desarrollo vegetativo de los cultivos de invierno.
4. En cuanto a temperaturas, la tendencia hacia temperaturas por encima de los valores normales es válida, sin embargo, se pueden dar semanas de frío intenso como las que estamos transitando.