Partiendo de las actuales condiciones de reserva y teniendo en cuenta la continuidad de un escenario con precipitaciones por arriba de las normales hasta mediados de febrero, son muy buenas las perspectivas para toda la región pampeana (no considerar el noroeste de CB y norte de SL). En el tránsito hacia esta fecha, es posible que se de una variedad de situaciones. Se deberán superar condiciones atmosféricas exigentes pero es probable que también se observen recargas de importancia. Justamente, la sobreoferta de agua estaría generando la capacidad hídrica para que el cultivo satisfaga su propia demanda y se sobreponga a jornadas de alta insolación y temperatura.
Evidentemente el mapa posiciona un estado prácticamente ideal, sin embargo estimamos que dentro del área de reservas óptimas pueden darse excesos hídricos. Será entonces, altamente favorable que las napas retrocedan en las zonas más comprometidas de la zona núcleo y recuperen su capacidad de absorción y drenaje. Otras áreas extrapampeanas como el sudoeste de Chaco y las vecindades de Santiago no estarían en condiciones hídricas demasiado alejadas de las que muestra el mapa, es decir posiblemente las reservas adecuadas como piso también se presentarían en gran parte del NEA, favoreciendo no solo a la soja sino también al algodón.
Cuando el cálculo se realiza considerando lluvias normales hasta mediados de febrero, el escenario no presenta modificaciones contundentes. Debe considerarse que actualmente toda la provincia de ER, gran parte de SF, el norte de BA y el este de CB (también gran parte de Chaco), presentan reservas muy por encima de las normales para la época y estas son las condiciones de partida para el escenario. Es decir, mas allá de los trastornos y las importantes pérdidas que se han producido en áreas anegadas, se tiene por delante una situación mayormente aliviada para el desarrollo de la soja durante el próximo mes. No estamos planteando como probable el escenario seco, dado que con las lluvias acumuladas en lo que va del mes de enero una gran parte de la región pampena ya se ha acercado al piso de las lluvias normales y difícilmente no se observen precipitaciones en esta segunda quincena.
Si bien aparecen zonas más exigidas, no se comprometería seriamente la evolución del cultivo. En realidad esta posibilidad sería la más favorable para la zona núcleo, principalmente porque baja la probabilidad de la vuelta de excesos hídricos.
La oscilación entre el escenario normal y el húmedo se irá alternando principalmente en la franja central, la Mesopotamia y gran parte del NEA. Entendemos que al sur del Salado bonaerense es más probable el escenario normal o incluso pueden aparecer zonas reducidas donde se observen retrocesos hídricos más marcados, la cuenca baja del Salado puede padecer esta situación.
Hacia le mes de marzo y una vez que se han definido los rindes comienzan a tallar las precipitaciones para definir las condiciones de cosecha y la logística de la misma. Muchos actores vinculados a la actividad ya comienzan a demandar este tipo proyección. Por el momento anticipamos que el mes de marzo y la primera quincena de abril estadísticamente plantean un máximo pluvial en gran parte de la región pampena. El mismo es vital para la estimación de reservas para el inicio de la campaña de granos finos, principalmente sobre el oeste. Al mismo tiempo la posibilidad de excesos a cosecha se posiciona como un riesgo que bajo condiciones El Niño puede verse aumentado. Sin embargo nos parece prematuro anticipar este escenario y preferimos esperar a mediados de febrero para analizar la validación de este primer paso que hoy estamos proyectando.