La última semana de diciembre transcurrió marcada por la continuidad de la ola de calor que generó un contexto muy exigido para la evolución de los cultivos y  a gran escala detuvo las siembras de segunda que aún no habían finalizado.
Dentro de éste, se dieron períodos de inestabilidad que favorecieron la aparición de chaparrones dispersos básicamente en corredores donde confluyen los departamentos Paraná y Diamante y en zonas de Gualeguaychú y Uruguay. Esto fundamentalmente se observó entre el jueves y viernes de la semana pasada, luego prevalecieron las condiciones de inestabilidad sin que se observe un retroceso de la exigente condición ambiental dominante. Hacia la tarde noche del lunes la actividad se fortaleció en el noroeste provincial y desde allí las tormentas se desplegaron a otros departamentos del territorio entrerriano. Las lluvias que se sumaron hasta el miércoles a las 9 hs se representan en el mapa. En el mismo se destacan los acumulados más generosos en zonas del departamento La Paz y áreas reducidas en los departamentos Paraná y Diamante. También en Gualeguaychú y Uruguay las lluvias se ubicaron por encima de los 40 mm. En otros sectores del territorio entrerriano las lluvias acumuladas fueron pobres y no bastaron para compensar el trajín de gran parte del mes de diciembre.
Casi toda la provincia ha cerrado el año con precipitaciones por debajo de los valores normales.  Se han concretado  períodos en los cuales se dieron importantes recomposiciones del patrón pluvial, pero en el resumen del año, los mismos quedan solapados en un contexto deficitario. Los meses de mayo y noviembre, fueron buenos para definir las siembras de la fina y la gruesa (soja principalmente), pero el invierno y el comienzo de la primavera fueron muy secos, al igual que diciembre.

El balance hídrico define vastos sectores donde las reservas de humedad se han agotado al considerar el primer metro de suelo y una pastura como cobertura. El que más sufre este patrón seco es el maíz, dado que muchos lotes ya han ingresado en período de floración y su demanda hídrica no está siendo satisfecha. No es necesario enfatizar en la complicación extra que imponen las altas temperaturas mínimas, las cuales sostienen un nivel de estrés cuya persistencia puede ser muy perjudicial.
El resumen de lluvias descripto anteriormente, solo generoso por sectores, se ha vuelto algo más promisorio en las últimas horas. Desde las primeras horas de hoy, la llegada de un frente al sur de la provincia ha comenzado a dejar precipitaciones que están logrando morigerar el impacto de la seca. Debido a la gran cobertura nubosa y al alto contenido de humedad, el marco ambiental presenta un alivio significativo para los cultivos. Recordamos que la presente ola de calor que parece estar cediendo es la más larga desde la registrada en 1906 (fuente SMN). En base a la foto actual que presenta el balance hídrico, se dimensiona la importancia de las lluvias de noviembre, las cuales sin duda han evitado pérdidas de rendimientos generalizados.
Si bien el cambio que se viene observando desde la última semana de diciembre nunca logró alejar por completo las condiciones ambientales extremas, aparecen señales que permiten ser más optimistas para el mes de enero. Primero habrá que comprobar como queda la masa de aire luego del pasaje frontal y como es la recuperación que presentan las temperaturas, si no se vuelve a condiciones de ola de calor, estaríamos desandando un enero menos hostil para los cultivos.

El siguiente cuadro compara los datos estadísticos finales de trigo, lino, girasol, arroz, soja, sorgo y maíz de las dos últimas campañas agrícolas en Entre Ríos.

El año 2013 se caracterizó por precipitaciones que tuvieron una tendencia inferior a la esperada o histórica; esto claramente se puede apreciar en el Gráfico 1 que refleja el comportamiento de la precipitación acumulada mensual para el año 2012, 2013 y el valor promedio histórico.
La curva de color verde refleja la lluvia esperada para la provincia que se sitúa alrededor de 1150 mm (promedio de datos provenientes del SMN); por otra parte el año 2012 finalizó con acumulados superiores a lo normal, con un claro incremento en los montos de las precipitaciones durante setiembre, octubre y diciembre (curva azul).
Finalmente en color rojo se visualiza el año 2013, que siempre se mantuvo con el acumulado por debajo de los valores históricos, registrándose leves incrementos en los montos mensuales en mayo y diciembre.
Comparando los montos finales, el año 2013 tuvo un déficit de aproximadamente 240 mm, lo cual representa una disminución que ronda el 20% del valor normal para la región.

En el Gráfico 2 se refleja la variación mensual de las precipitaciones en el 2013 versus el valor histórico.
Únicamente en mayo y noviembre el monto acumulado de las lluvias superó al valor histórico, en el resto de los casos la tendencia fue negativa.
No obstante, la mayor oferta de agua en estos meses fueron claves para la siembra y desarrollo inicial de los cultivos invernales y estivales.

En el Mapa 1 se muestra la distribución de la lluvia acumulada en el territorio, realizada en base a la Red Pluviométrica del SIBER.
Tal como puede apreciarse, solamente en el extremo noreste del territorio (Departamentos Federación, Feliciano y Concordia) y algunos sectores de los Departamentos Paraná, La Paz y Uruguay el monto acumulado anual se aproximó al valor histórico (1150 mm).
En el resto de la geografía entrerriana se detectaron disminuciones, siendo el área más perjudicada el sector comprendido entre el sur del Departamento Diamante, Victoria, sur de Nogoyá, Gualeguay y sur de Gualeguaychú; en donde la precipitación acumulada se posicionó entre 700 mm a 800 mm, lo cual representa una merma del 30% al 40% del valor acumulado anual.

Hacia fines del mes de noviembre el cultivo exhibía una condición general que se ubicaba entre buena y muy buena, proyectándose que el rendimiento promedio provincial en Entre Ríos podría oscilar entre 7.000 kg y 8.000 kg/ha; aunque todavía quedaba por atravesar el mes clave “diciembre” y ver si durante la floración del cereal recibiría precipitaciones que le permitieran sostener el excelente desarrollo que había logrado hasta ese momento.
Lamentablemente el último mes del año 2013 no tuvo el comportamiento esperado, ya que a partir de la segunda quincena las marcas térmicas experimentaron un gradual crecimiento, superando las máximas los 35º C (salvo el descenso detectado el martes 31); produciéndose un pico máximo que superó los 40º C el jueves 26.
Por otra parte, las escasas lluvias registradas en la segunda quincena de diciembre generaron un escenario muy desfavorable para el cereal, estimándose una caída en el rendimiento potencial que rondaría en un valor cercano a los 2.000 kg/ha.
Por lo tanto, al día de la fecha, se proyecta que el rendimiento promedio para Entre Ríos oscilaría entre 5.000 kg/ha y 6.000 kg/ha.

Informe elaborado por Fitopatóloga Ing. Á. Norma Formento, INTA- EEA Paraná

Los cultivos de soja sembrados muy temprano (los que son muy escasos), se hallan en el estado fenológico R4-R5, con estado sanitario muy bueno. Sólo se detecta en hojas inferiores diversas manchas compatibles con factores abióticos, posiblemente herbicidas.

Sobre las hojas es posible hallar alguna manchita circular de centro claro y borde marrón bien marcado (Fotografía 5), son muy escasas y fácilmente pueden ser confundidas con alguna enfermedad importante, pero las mismas NO corresponden a mancha ojo de rana, sólo se identificaron saprófitos.

La soja de segunda, sembrada a mediados de diciembre de 2013, se halla en excelente estado sanitario y no supera los estados V1-V2 (Fotografía 6).
La ocurrencia de lluvias de 1,5 a 20 mm entre el 26 y 31 de diciembre de 2013, favoreció la activación de los hongos que sobreviven en el rastrojo de soja e incrementa la probabilidad de horas con follaje mojado lo que permite la entrada de los patógenos.
Es importante monitorear los lotes de producción de soja, principalmente aquellos que estén en R3, comienzo de la etapa crítica de definición del rendimiento.

En los últimos siete días se mantuvo la intensa ola de calor instalada desde mediados de diciembre y para la cual hay que remontarse al año 1971 para encontrar un escenario similar. La continuidad de las altas temperaturas permitió que las marcas máximas alcanzaran, durante este periodo, valores extremos de 44ºC y mínimas que se mantuvieron por encima de los 20ºC, condicionando así, temperaturas medias diarias muy próximas a los 28ºC que pueden denominarse como agobiantes. Mas allá de las elevadas marcas, al igual que la semana previa, lo mas determinante fue la cantidad de horas diarias con temperaturas extremadamente altas.

Durante la última semana solo se produjeron algunos chaparrones que se presentaron muy dispares tanto en su distribución como su intensidad y a pesar de que algunos acumulados fueron importantes solo sirvieron para moderar por algunas horas las altas temperaturas imperantes. La Tasa de Radiación Solar media fue muy alta, aunque menor a la registrada durante el periodo previo gracias a un leve aumento de la nubosidad durante los periodos de inestabilidad. La Humedad Relativa se mantuvo moderada y las Horas de Mojado Foliar acumuladas fueron concordantes con la distribución de las lluvias.