Las reservas de humedad se presentan óptimas en gran parte del territorio entrerriano. Algunos sectores reducidos aún reflejan en el cálculo ciertos niveles de exceso, sin embargo se puede decir que se ha alcanzado un equilibrio entre las recargas necesarias para avanzar con las siembras y las condiciones de piso para finalizar la cosecha. Igualmente y como hemos mencionado antes, es posible que en este momento no sean ideales las condiciones de humedad para el almacenamiento de granos, encareciendo el acopio por las tareas de secado.
Si analizamos el área triguera principal de ER, la situación hídrica para la implantación del cultivo se presenta más que favorable. Las expectativas de crecimiento del área sembrada no encuentran limitantes en este aspecto. Considerando esta situación resuelta, queda de fondo la desconfianza de los productores sobre las últimas medidas impulsadas desde el gobierno. Hoy por hoy, es ésta la verdadera variable que definirá el aumento o no del área implantada, recordando siempre que a nivel nacional, durante 2012 se observó el mínimo histórico del área sembrada de trigo. Es decir con poco se saldrá de aquel mínimo, sin embargo es difícil que estemos caminando hacia el verdadero potencial triguero que ha ostentado Argentina en años pasados.
Si proyectamos hacia el mes de junio el mapa de reservas actual considerando diez o quince días libres de precipitaciones, seguramente el inicio del trimestre frío nos encontrará con niveles adecuados de reserva. Es decir, actualmente no son necesarias precipitaciones para garantizar un buen escenario para la implantación de trigo o alguna alternativa para la fina. Esta condición se extiende a gran parte del centro sur de SF, norte de BA y este de CB.