Se aprecia sobre el Pacífico Ecuatorial un enfriamiento que no es significativo y no hay pronósticos que muestren una tendencia hacia un aumento de esta anomalía negativa, más bien en las últimas semanas se ha ido desorganizando.
La anomalía promedio de las últimas cuatro semanas permite apreciar una reaparición de un calentamiento en el litoral Atlántico que desde el sur de Brasil se extiende hacia las costas bonaerenses, incluso si se observa solo la última semana este calentamiento parece ser más intenso. Se ha reconocido como favorable para una mejora en el patrón pluvial del este de la región pampeana a este indicador. Es decir en general, la Mesopotamia, SF y BA se benefician con esta situación, la cual en muchos casos decanta su influencia hacia un sector más extendido hacia el oeste. No puede asignarse directamente a la reaparición de este calentamiento la mejora que se viene observando en las precipitaciones, sin embargo, es un elemento que bajo condiciones normales de circulación del noreste promueve un mayor aporte de humedad en las capas bajas y medias de la atmósfera.
Indicadores de Escala Regional
Durante casi dos meses, desde finales de diciembre hasta la primera parte de febrero, los niveles de actividad en la atmósfera media sobre las zonas agrícolas principales del sur de Sudamérica fueron mínimos. Esto impactó directamente sobre la oferta de agua, permitiendo el estancamiento de zonas de alta presión en superficie que se sostenían en una estructura vertical estable. Este comportamiento solo se rompía en forma ocasional y en sectores reducidos, definiendo un patrón pluvial de gran escala muy deficitario.
Finalizando el mes de enero algunas perturbaciones que transitaron sobre la Patagonia favorecieron la aparición de sistemas precipitantes en el sur de BA, pero conforme avanzó la primera quincena de febrero las ondas en la atmósfera media reaparecieron y con ellas la inestabilidad en la franja central. La aparición de estas perturbaciones quebró la persistencia en la estabilidad atmosférica, aunque esto no se reflejó de manera homogénea en la oferta de agua. Hoy es necesario que el centro sur de la región pampeana comience a incorporarse a la recuperación que evidenciaron zonas ubicadas más hacia el norte.
Este comienzo de marzo puede definir cómo será el panorama para el otoño. Recordemos que gran parte de la región pampeana tiene un máximo pluvial en los primeros 45 días del otoño. Muchas veces esto genera una tensión entre el buen tiempo necesario para las labores de cosecha y la demanda de precipitaciones para generar apropiadas recargas de perfiles para la fina, fundamentalmente sobre el oeste. Actualmente es probable que las lluvias tiendan a ubicarse algo por encima de lo normal hacia el centro este y noreste de la región pampeana. Sería necesario que este patrón se despliegue hacia el sur.
El océano Pacífico frente a las costas del sur de Chile presenta una destacada anomalía positiva. Este es un elemento que juega a favor de restringir la posibilidad de heladas tempranas sobre la zona núcleo debido a que las fuentes de masa de aire frío se verían moderadas por este calentamiento. El sur sudeste de BA en general es afectado por otras fuentes de aire frío más cercanas (Atlántico), generadas por flujos de aire del sudeste, consecuentemente esta es normalmente la zona que recibe los primeros enfriamientos de riesgo. De hecho, en las últimas jornadas de febrero ya se han definido corredores con temperaturas del orden de los 3°C.