En el misma figura puede apreciarse en gris la campaña 04/05 y en verde la campaña 06/07. Entre octubre y febrero las dos campañas consideradas y la previsión se ubican dentro de rangos de recorrido similar. Se detecta un calentamiento mas importante en la campaña 06/07, más parejo y débil en la 04/05.
Un calentamiento débil pero sostenido puede generar un escenario favorable. Recordemos que los eventos ENSO (Niño/Niña) actúan como forzantes de los flujos de humedad. Dicho de manera simple, los fortalecen (Niño) o los debilitan (Niña). Gran parte de la producción granaría del sudeste de Sudamérica está vinculado al ingreso de humedad desde el norte durante el semestre cálido, ya sean los flujos del Atlántico o los flujos de origen Amazónicos, de los cuales se benefician más las zonas mediterráneas.
Adelantar con un razonable nivel de probabilidad que el semestre cálido puede desarrollarse bajo un escenario Niño, permite establecer un marco donde el patrón normal de lluvias tiene altas posibilidades de concretarse y al mismo tiempo se fortalecen las chances de que se produzcan períodos con sobreoferta de agua. Es decir un Niño débil pero sostenido, podría instalar un escenario pluvial normal como piso entre octubre y enero. Esto es ampliamente favorable para el maíz y también para la soja, aún cuando a partir de enero los pronósticos muestran el comienzo de un retroceso del calentamiento hacia la neutralidad.
Si bien en la marcha de la campaña aparecen factores de escala regional que pueden potenciar o anular predictores de escala planetaria, en principio lo que puede adelantarse es favorable. La variabilidad natural de las fechas de comienzo de las lluvias de primavera, sin embargo, no están relacionados con la presencia de un evento Niño o Niña.
La transición estacional invierno primavera, tiene una dinámica de circulación propia que redunda en un adelantamiento o un atraso de la recomposición de las precipitaciones durante el mes de septiembre. Por entonces todo el sistema climático sale del letargo del trimestre frío (mínimo de actividad climática) e impone patrones pluviales interanuales muy disímiles.
En el corto plazo, habrá que ver si lo que resta del invierno logra imponer un patrón algo más húmedo. Ya va cerrando julio tendiendo a consolidar un bimestre seco y si bien las expectativas pluviales del invierno no son demasiado altas, el este del país está quedando atrasado en la oferta de agua (principalmente esta zona que habitualmente conserva en el trimestre frío un volumen de agua más importante). La influencia de las zonas mediterráneas se ha hecho sentir sobre el este.