El Ing. Agr. M. Sc. Leonardo Coll introdujo a los presentes sobre el cultivo de colza a partir de un interrogante: “¿Es posible incorporar la colza en nuestro sistema agrícola?”
A veces se argumenta de que la colza no ayuda a la sustentabilidad de los sistemas agrícolas, pero la relación Carbono/Nitrogeno (C/N) demuestra lo contrario; ya que su valor es intermedio entre el cultivo de trigo y soja.
El cultivo de colza genera una buena cobertura de rastrojos, comparados con los cultivos de trigo y cebada y además, conserva la humedad de los suelos, reduciendo los procesos erosivos, entre otros.
El Ing. Coll hizo hincapié en que el cultivo de colza o cebada permite adelantar la fecha de siembra de soja, pero esto no ocurre siempre así y es importante recordar que a partir del 15 de diciembre en la zona de Paraná hay un efecto marcado en la caída de rendimiento de soja. Por cada día de atraso en la siembra hay una caída del rendimiento de 50 kg/ha. En condiciones normales, los primeros días de diciembre, el trigo o colza ya se han cosechado y por lo tanto han desocupado el lote.
Otra razón para incluir el cultivo de colza es el aprovechamiento de los recursos (suelo, radiación y agua) en la época invernal, ya que en Entre Ríos la proporción de ocupación del recurso suelo es bajo, según datos del SIBER que indica un valor de desocupación del 80% aproximadamente.
Las claves para la provincia son la elección de lotes fértiles y siembras tempranas (abril y mayo).
Es un cultivo rústico desde el punto de vista hídrico, pero con altos requerimientos nutricionales. Otro aspecto tiene que ver con el cultivo antecesor, debe dejar escaso rastrojo y desocupar el lote lo antes posible para lograr alta eficiencia de implantación, sin residuos de herbicidas (imidazolinonas o sulfonilureas), ya que no se conoce sobre residualidad de los productos, períodos de carencia con respecto al tipo de suelo.
Otro aspecto a tener en cuenta es la “cola de cosecha”. Es fundamental que el rastrojo en el lote del cultivo antecesor a la colza no quede franjeado lo que daría por resultado una implantación del cultivo en forma “rala”, generando una heterogeneidad en el lote.
Lo que afecta la eficiencia de implantación es la diferencia en la distribución del rastrojo y no la cantidad (si se compara trigo/soja y maíz).
En cuanto a la densidad de plantas no hay una relación que explique el rendimiento con la densidad de plantas logradas (40 a 130 plantas/m2), ya que muchas veces hay precipitaciones provocan pérdidas de plantas.
Es necesaria una buena cobertura del lote para tener una buena intercepción de la radiación, debido a que es un cultivo que responde muy bien a la fertilización de nitrógeno, azufre y fósforo. Tiene una alta capacidad de compensación, generando mayor área foliar, hojas más grandes, ramificando y dando mayor eficiencia de silicuas.
Con respecto a la fertilización, el Ing. Coll añadió que el umbral es 148 kg/ha de nitrógeno (nitrógeno disponible + nitrógeno aplicado), valor que marca la diferencia para fertilización.
La colza es exigente al azufre.