Al norte de Salta, el sur de Santiago y el norte de Córdoba, se le suma la mayor parte de La Pampa y buena parte del centro y el oeste bonaerense, para definir las zonas donde las lluvias fueron generosas, incluso observándose eventos que puntualmente dejaron precipitaciones superiores a los 100 milímetros al cabo de una jornada.
No se ha dado en todo el mes y ya en todo el bimestre pasado, un evento que deje al menos 50 milímetros en un área extendida. Es decir no se han dado los característicos sistemas precipitantes de verano en la región pampeana, ya sea por pasajes frontales o por mecanismos convectivos. En general las lluvias de importancia han sido discrecionales y con distribución aleatoria, lo cual evidencia la desorganización con que se han generado los sistemas precipitantes, sin respetar patrones climáticos. Ha sido muy marcada la dispersión espacial, incluso entre localidades relativamente cercanas.
La comparación de los registros observados con los valores medios del mes de enero (1973 - 2011), permiten configurar el mapa de categorías de lluvia. La franja de lluvias escasas dominante en la zona núcleo se interrumpe alcanzando valores normales o abundantes al desplazarnos hacia el oeste de Buenos Aires o la provincia de La Pampa. Desde la bahía de Samborombón hasta Trenque Lauquen, es decir prácticamente en una misma latitud, se puede apreciar un gradiente en las precipitaciones donde quedan contenidas todas las categorías de la escala. El campo pluvial es más parejo en el déficit en todo el ámbito del NEA, la Mesopotamia y gran parte de Santa Fe. En las zonas agrícolas del NOA se han observado muchas jornadas de lluvia pero en general con milimetrajes bajos, exceptuando el norte de Salta. Han sido abundantes las lluvias en la transición entre Córdoba y Santiago.
Las temperaturas del mes de enero fueron muy exigentes. En general durante este período se concreta el máximo del calentamiento del continente y es lógico que las temperaturas respondan con registros elevados. Sin embargo esta situación, que puede considerarse geométrica, se vio fortalecida por la persistencia de zonas de alta presión que fortalecen los calentamientos y desecamientos del aire en superficie.
Las máximas estuvieron marcadamente por encima de los valores normales en un extenso corredor que desde las provincias del sur del NOA y por el oeste de Córdoba, tomando La Pampa y gran parte del oeste de Buenos Aires. El efecto de esta anomalía positiva no es tan marcado en el resto del país, pero igualmente las jornadas sofocantes fueron comunes a gran parte de las zonas agrícolas. Las temperaturas mínimas también se resumieron con registros corridos positivamente, esta condición fue más marcada en el sur de la región pampeana, donde habitualmente las mínimas suelen ser más frescas que en la franja central.