Luego de dos semanas sin precipitaciones, las reservas de humedad se ven sumamente exigidas en toda la provincia, con excepción de los corredores del norte, único sector donde las lluvias de diciembre superaron los 100 milímetros. Recordamos que este registro puede considerarse un piso cercano a la oferta normal de diciembre. De acuerdo a este umbral cada productor podrá sacar su conclusión teniendo en cuenta su propio dato.
En general y con excepción de zonas del centro oeste y el norte, la sequía se impone, compartiendo un contexto hídrico común a toda la zona núcleo maicera sojera de Argentina.
Los maíces del sudoeste entrerriano puede que aún cuenten con algo de reserva, sin embargo no es razonable pensar en una cosecha sin que se note el impacto de la seca en los rendimientos. La situación en el sur de Córdoba, sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires es igual o peor a la de Entre Ríos.
La soja sembrada con buena humedad y cuyo ciclo de floración cae en febrero aún tiene una oportunidad. Si bien este trajín que viene soportando no le resulta indiferente, si las lluvias mejoran en la segunda quincena el deterioro por estrés hídrico puede ser menos riguroso.
Por lo pronto no son buenas las noticias en cuanto al panorama pluvial. La falta de lluvias se extenderá al menos hasta el miércoles próximo. Esto ya es la aproximación a una fecha que puede constituirse en umbral para definir la performance de la campaña sojera. Es decir, las lluvias tienen que llegar en la transición quincenal para que la soja no sufra perdidas destacadas como las observadas en 2009. Por entonces las lluvias llegaron recién en la última semana del mes de enero.