El balance hídrico de la provincia refleja mejoras respecto de la semana anterior, aunque aún muchos departamentos permanecen en sequía considerando el primer metro de suelo. Si mostrásemos el mapa con el cálculo del balance a las 9 hs del lunes, se notaría panorama más acomodado, sin embargo la realidad marca que luego de las precipitaciones han sobrevenido jornadas muy exigentes, con lo cual seguramente se han ido perdiendo las mejoras superficiales. Esto no es aplicable al sudeste de la provincia donde la sequía esta más arraigada y la demanda de lluvias es muy elevada y perentoria.
El maíz transitó la primera quincena de diciembre en condiciones muy exigidas, las cuales fueron recientemente auxiliadas aunque no de manera homogénea. Sabemos que los maíces entrerrianos funcionan bien con sobreoferta de agua, por lo cual las últimas precipitaciones y las previstas para las próximas horas seguramente detendrán el deterioro en aquellas sementeras que se presentaban más sufridas.
Respecto de la soja, el panorama tiende a mejorar en forma progresiva. Posiblemente las últimas precipitaciones hayan alentado las siembras en algunos lotes que quedaban pendientes, fundamentalmente en las zonas que recibieron lluvias del orden de 40 milímetros o superiores.
El patrón pluvial muestra cambios que pueden considerarse indicios favorables respecto del retroceso del efecto negativo que el fenómeno La Niña tiene sobre el mismo. Si se mantiene la frecuencia y mejora el volumen de agua, podríamos ingresar al año nuevo con una tendencia climática renovada y, aunque exigente, más acomodada para la evolución de los cultivos. Tampoco hay que especular con un vuelco rotundo hacia lluvias abundantes pero sí es más razonable esperar una progresiva normalización de la oferta de agua.