Un patrón de lluvias empobrecido se observó en Entre Ríos durante el último fin de semana, siendo ésta la principal característica climática del mes de noviembre. Si bien este inoportuno comportamiento se ajusta a lo que marcaba la tendencia del comienzo de primavera y puede considerarse una predicción exitosa, el primer tercio de este semestre cálido deja un saldo pluvial muy desfavorable y claro está las reservas de humedad no pueden hacer milagros.
Como se muestra en el mapa hacia el noroeste de la provincia las lluvias tendieron a ubicarse en promedios mas cercanos a los 20 milímetros, marca que alivia superficialmente pero solo es un consuelo temporario teniendo en cuenta el arrastre deficitario de todo un bimestre. Muy en el norte de La Paz, la localidad de Paso Telégrafo fue la más afortunada en el mes de noviembre, habiendo acumulado 90 milímetros de agua, monto que igualmente no alcanza el registro normal del mes. Que decir entonces cuando recorremos el resto de la provincia y predominan promedios mensuales inferiores a los 50 milímetros.
Evidentemente la provincia de ER está en el corazón del impacto pluvial negativo que en esta ocasión está generando el fenómeno de La Niña. Como es usual para un indicador climático de gran escala, este evento no se ha limitado al contorno de la provincia de ER, sino que también impuso su rigor deficitario sobre gran parte de la Mesopotamia, sur de Paraguay, NEA, SF, norte de BA, oeste de Uruguay y sur de Brasil.
El fin de semana puede comenzar a mostrar algunas lluvias generosas en este vastísimo sector. Aún cuando no sea ER el beneficiario de este cambio, podría comenzar a vislumbrarse una mejora progresiva en la oferta de agua durante diciembre, que debería afianzarse en el mes de enero.