Es evidente que el enfriamiento del Pacífico Ecuatorial ya esta dejando su huella en las lluvias de primavera.
UNA ANOMALÍA ESPERADA
Cuando el mes de septiembre dejaba lluvias abundantes en todas las zonas agrícolas del país, se leía o se escuchaban conjeturas acerca del mínimo impacto del fenómeno de La Niña sobre las precipitaciones. Pues bien, el devenir de la primavera ha venido a confirmar el riesgo de déficit pluvial que estos eventos conllevan para gran parte del sudeste de Sudamérica. Como en muchas ocasiones, una imagen ahorra muchas palabras y permite contextualizar la actualidad climática, justificando, por ejemplo, el atraso en la implantación de soja de la zona núcleo. A continuación se presenta el mapa de anomalía de las precipitaciones desde principios de octubre hasta el 15 de noviembre (son muy improbables las precipitaciones hasta entonces, salvo algunas ligeras en el sur).
La oferta de agua ha caído a niveles riesgosos, comprometiendo el normal despliegue de las tareas de siembra. Las últimas lluvias de principios de esta semana, fueron oportunas para el este entrerriano -aunque no del todo suficientes-, decreciendo rápidamente hacia el oeste, siendo prácticamente nulas sobre CB. El sudeste de esta provincia tiene un arrastre favorable desde el mes de octubre, pero no ha escapado a las magras lluvias en lo que va de noviembre. Solo el sur de la provincia de BA y el sur de LP, se apartan de esta condición pluvial. Desde el corredor Azul – Mar del Plata, hacia el norte la oferta de agua decrece hasta definirse una importante anomalía negativa que se despliega hasta el norte del país. Es posible considerar que zonas del sudoeste de ER, no estén afectadas por un corrimiento negativo tan marcado, sin embargo a la hora de establecer la escala del contexto dominante, esta área no es más que una afortunada excepción. Por el momento parece establecerse que el favorable comportamiento de las lluvias que se observa en el sur de la región pampena impone una suerte de límite en el impacto negativo que el fenómeno La Niña esta dejando en esta oportunidad.
El oeste de Uruguay el sur de Brasil y zonas del sudeste de Paraguay, también son alcanzados por esta anomalía. Ante tan significativa evidencia, es obvio considerar al indicador de escala global como el más influyente a la hora de buscar explicaciones a la situación climática actual.
Si bien no puede despreciarse la sobreoferta de agua de septiembre, las lluvias comenzaron a fallar justo en momentos en que estadísticamente debe concretarse un máximo en la oferta de agua. En sectores del sudoeste de ER, el norte de BA, y en forma mas restringida el sur de CB y sur de SF, las reservas están paliando la falta de precipitaciones, pero claramente esto no es sustentable, consecuentemente el difícil paso previsto para la última parte del año se está validando. El sur es un espectador privilegiado de esta situación ajustada.