Indicadores de Escala Regional
La transición estacional, está mostrando un sistema climático más activo que lo esperado, principalmente luego del intenso frío que dominó la primera quincena de agosto. Esto se está traduciendo en una oferta de agua, que si bien como dijimos no es generalizada, presenta milimetrajes mas generosos que los esperados para la época.
La salida húmeda a la primavera puede estar definiendo una situación altamente favorable para los cultivos implantados en invierno y se perfilan, además, precipitaciones para el resto del mes que pueden sostener el buen nivel de reserva hasta el mes de octubre. Par entonces las lluvias normalmente crecen enmontos y se extienden hacia el oeste. Aparece aquí la incógnita de la influencia de La Niña sobre la oferta de agua. La estadística es claramente desfavorable para el trimestre de primavera, sin embargo la dinámica atmosférica actual en la escala regional, estaría morigerando el potencial impacto deficitario que este fenómeno tiene en gran parte de las zonas agrícolas de Argentina.
La campaña deberá seguirse mes a mes. De fondo aparece para todo el semestre cálido un indicador negativo como es La Niña. A favor: un nivel de reserva que en general es mejor que el habitual para una buena parte de la región pampeana y el NEA. A esto le sumamos un pronóstico con lluvias favorables para el mes de septiembre. Para el NEA durante el resto de septiembre, las temperaturas pueden definir la evolución de los trigos y el girasol, alguna helada en la segunda quincena de septiembre puede causar daño y si bien baja la probabilidad de ocurrencia no se descarta que suceda. Sobre la franja central este mismo fenómeno extiende su amenaza a la primera quincena de octubre, mientras que para el núcleo triguero del sur el riesgo se extiende a noviembre. Evidentemente el trigo implantado con buenas reservas y que ha ganado humedad con las recientes lluvias, tiene en las bajas temperaturas su principal adversario para concretar buenos rendimientos.
Por el momento la humedad no llega al NOA, marginalmente la zona puede recibir algunas precipitaciones pero el crecimiento pluvial de la zona gana probabilidad de concretarse a partir del transcurso de octubre. Es importante monitorear lo que esta ocurriendo en Bolivia, ya que el flujo de humedad que abastece las zonas agrícolas del NOA, transita previamente el Beni y los llanos orientales de Bolivia, donde últimamente se han producido importantes incendios forestales.