INFORMES SIBER
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últimas 4 semanas 
Las jornadas previas a la finalización de la ola de calor, se presentaron con una importante acumulación de humedad y si bien las principales lluvias que se grafican en el mapa se dieron cambiando del viernes para el sábado, desde el miércoles 7 ya había comenzado a manifestarse la inestabilidad, sobre todo con lluvias en la franja oeste de la provincia.
Como podemos ver en el mapa el sur de La Paz y gran parte del departamento Paraná, recogieron las lluvias más importantes. Las mismas formaron parte de un sistema de mal tiempo más vasto que se extendió por gran parte del centro de SF, donde se observaron condiciones de tiempo severo, incluso un tornado en las inmediaciones de la localidad de San Justo, en la vecina provincia. El sistema frontal se dispersó por completo al ingresar a la zona de alta presión que dominaba el este. En el centro este y noreste de la provincia, las lluvias fueron muy pobres, debido al escaso desarrollo que logro la nubosidad debido a la estabilidad de las capas medias de la atmósfera. Las tormentas no tuvieron esa limitación sobre el oeste y la diferencia en la oferta de agua a la misma latitud es notoria, marcándose un fuerte gradiente negativo en las lluvias desde el oeste al este. En el sur de la provincia la situación fue más pareja en cuanto a milimetrajes, aunque dadas las circunstancias, insuficientes. Normalmente en esta época del año podríamos decir que con sistemas precipitantes de entre veinte y treinta milímetros semanales, los cultivos pueden tener una buena performance, pero este no es el caso. Viniendo de un noviembre muy seco, la demanda es mucho mayor que veinte o treinta milímetros.
Favorablemente venimos con jornadas que no han vuelto a mostrar exigencias térmicas significativas. El pasaje del frente por la provincia dejó lluvias pobres y cortó el temporario crecimiento de las temperaturas de ayer, las cuales volvían a presentar registros por encima de los valores normales.
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Si recordamos el informe de la semana pasado, con el balance hídrico calculado al miércoles 7, no se encontraban excepciones en cuanto al despliegue de la sequía. La potente ola de calor y la falta de precipitaciones, con altas tasas de insolación convergieron para agotar la reserva de los perfiles. Las exigencias para corregir la situación dominante eran muy altas.
Ese alto nivel de exigencia hoy lo podemos corroborar con este nuevo mapa de reservas. Observemos que las zonas que ostentan alguna recuperación, son las que recibieron sesenta milímetros o más de precipitaciones o algunos lugares puntuales donde las reservas, aun entrando en la categoría sequía, eran algo más elevadas. En el resto del territorio incluso en zona donde las lluvias llegaron a los cuarenta milímetros, no encuentran una salida al estado de sequía. No se descarta que en la inspecciones a campo, las condiciones superficiales presenten un panorama un poco más alentador, sin embargo, el perfil de suelo, hasta el primer metro, no ha logrado sumar el agua útil necesaria como para salir de la seca. Una situación muy compleja, pero que no sorprende de acuerdo al seguimiento que venimos haciendo de la campaña.
Con el cierre del mes de noviembre, también cerró el trimestre de primavera (para el análisis estadístico). Desde el punto de vista pluvial, el desvío negativo de las precipitaciones, es decir las deficiencias en los milimetrajes de lluvia, es contundente y generalizado. No hay zona productiva del país que no haya sufrido la escasez de precipitaciones. La suerte de la fina dependió fundamentalmente del oportunismo de las ventanas húmedas. En ese sentido, la provincia de ER, fue bastante más afortunada que sus vecinas del oeste y que el norte bonaerense. Esto debería reflejarse en resultados razonables teniendo en cuenta el difícil contexto agroclimático, con rendimientos inferiores a los normales, pero con una vasta superficie cosechable.
En Entre Ríos se implantaron alrededor de 420.000 ha de maíz de primera correspondientes al ciclo 2022/23. Esta primera proyección fue obtenida por medio de consultas efectuadas a la red de colaboradores, no obstante, la cifra definitiva será obtenida en base al procesamiento de imágenes satelitales.
El estado fenológico del cereal se concentra entre floración e inicio de llenado de granos. El cultivo se encuentra dentro del periodo crítico, el cual abarca los 15 días previos y posteriores a la floración, donde el déficit hídrico o térmico impacta negativamente en el rendimiento potencial.
A partir de la consulta a los colaboradores, se determinó la condición general del cereal a nivel provincial:
- Muy buena 1 %
- Buena 23 %
- Regular 43 %
- Mala 33 %
En la Figura 1 se muestra la variación de la precipitación promedio provincial de los meses de octubre y noviembre para los ciclos 2021 y 2022. La precipitación promedio en este bimestre se sitúa en 229 mm, el ciclo 2021 tuvo una caída del 36 % (82 mm), la cual ha sido superada por el ciclo 2022 que tuvo una merma del 58 % (132 mm).
Figura 1: Variación de la precipitación en los meses de octubre y noviembre en los años 2021 y 2022 en la provincia de Entre Ríos.
Al analizar las temperaturas máximas, se observa que en el año 2021, entre octubre y noviembre se registró un total de seis días con máximas superiores a los 35 oC, mientras que para el mismo periodo en el año 2022 el valor asciende a 19 días (Figura 2).
Figura 2: Variación de la temperatura máxima en los meses de octubre y noviembre en los años 2021 y 2022 en la provincia de Entre Ríos.
La combinación de heladas tardías, escasas precipitaciones y elevadas temperaturas generaron un escenario adverso para el cultivo de maíz de primera. Los factores mencionados causaron una importante caída en la condición del cereal, ocasionaron una reducción del 54 % en las categorías buena a muy buena (Figura 3), desde mediados del mes de noviembre a mediados de diciembre.
Figura 3: Evolución de las condiciones buena a muy buena versus regular a mala en el cultivo de maíz en la provincia de Entre Ríos en el ciclo 2022.
En función de nuevos análisis efectuados sobre la intención de siembra de soja, se proyecta para el ciclo 2022/23 un área total de 1.060.000 ha, cifra muy similar al valor implantado en el ciclo 2021/22. No obstante, el área definitiva será determinada luego del procesamiento de imágenes satelitales.
Al día de la fecha, se estima que en la provincia se logró implantar el 59 % (625.000 ha), lo cual muestra un retraso del 31 % con respecto a la misma época del año pasado que contaba con un progreso del 90 %.
Soja de primera
El área destinada a la siembra de soja de primera 2022/23 se posicionaría alrededor de 490.000 ha. Por lo tanto, se estima una caída interanual del 11 % (63.300 ha) y representaría el 46 % del total cultivado.
A nivel provincial, se implantó el 80 % del área planificada, lo cual evidencia un retraso del 20 % si se lo compara con lo concretado a esta altura del mes el año pasado y del 18 % en relación al promedio de avance de las últimas cinco campañas.
Soja de segunda
El área destinada a la siembra de soja de segunda se situaría en aproximadamente 570.000 ha, lo que representaría un crecimiento interanual del 13 % (63.700 ha) y abarcaría el 54 % de la superficie total.
En la provincia se concretó tan sólo el 41 % de la intención original, esto indica una demora del 39 % en base con lo reportado el año pasado a medidos de diciembre, como así también al comparar con el promedio de los avances durante el último lustro.
La cosecha de trigo en el ámbito provincial está cerca de su finalización, cabe recordar que el ciclo 2022/23 tuvo un área cultivada de 569.000 ha.
Los colaboradores reportan que se ven sorprendidos por los elevados rendimientos, a pesar de que desde junio a octubre las lluvias resultaron muy por debajo de lo normal.
Dentro de los factores que generaron un escenario favorable para el cereal se destacan:
- Buena recarga hídrica del perfil edáfico hacia fines del verano e inicio del otoño;
- Baja presión de enfermedades fúngica como resultado de las escasas lluvias y bajas temperaturas durante el desarrollo del cultivo;
- En los meses de setiembre y octubre no hubo marcas térmicas elevadas, lo cual posibilitó un período de llenado de la espiga más prolongado que lo habitual.
El rendimiento promedio provincial se posiciona en 3.550 kg/ha y se proyecta una producción de aproximadamente 2.020.000 toneladas, lo que presenta una estimación de crecimiento interanual del 7 % (130.000 t).
