Durante el último fin de semana y hasta entrada la jornada del martes, pudo observarse un extendido período húmedo que se tradujo en precipitaciones generalizadas, principalmente en forma de lloviznas sobre el oeste y el norte, siendo más intensas sobre el este.
El fin de semana presentó un importante ingreso de aire húmedo a toda la región pampeana, inusual en cuanto al alcance que tuvo su cobertura. Con la llegada de un sistema frontal durante las primeras horas del lunes, gran parte del este de la región pampeana presentó un aumento en la inestabilidad atmosférica, favoreciendo el proceso de condensación en niveles bajos y medios de la atmósfera. El mismo fue muy efectivo en el este de BA, donde  se observaron las principales celdas de tormenta, que luego se extendieron al este sudeste entrerriano y las vecindades de Uruguay. Previamente la jornada del sábado había presentado algunos chaparrones en el sudeste entrerriano y el noreste bonaerense.
Los modelos de pronóstico no son coincidentes en cuanto a las lluvias que puedan darse sobre ER con el pasaje frontal de mañana. Algunas soluciones plantean la posibilidad de chaparrones sobre zonas del oeste, escasamente provistas de agua, en el mes de junio. Lo que está claro es que las condiciones ambientales cambiarán de manera muy significativa, las jornadas frescas con escasa amplitud térmica devendrán en días fríos con amaneceres muy fríos, incluso con algunas heladas en el sur. Este ambiente se sentirá principalmente durante las jornadas del sábado y domingo, moderándose hacia el lunes. Los registros previstos se ubican algo por debajo de los valores normales esperados para la época, rigurosidad que no será persistente.

Nuevamente aparecen los excesos hídricos sobre el sudeste de la provincia, comportamiento que complica la concreción de siembras que seguramente en el sector ya se encuentran atrasadas. Hacia el oeste las reservas son óptimas, pero superficialmente puede también prevalecer algún problema de piso.
La entrada de aire frío y seco que se está esperando para el fin de semana, forzará el retroceso del aire húmedo hacia el extremo noreste del país. Se define entonces una situación donde las tareas de siembra que aún quieran realizarse encontrarán un contexto climático adecuado.
El nivel de reservas actual es holgado. Las pérdidas de humedad superficial en esta época del año alcanzan su mínimo. Las demandas de las coberturas son mínimas y las exigencias atmosféricas muy pobres. Consecuentemente el escenario más probable para el tránsito hídrico en esta primera parte del invierno sufra pocas modificaciones. Con algunas lluvias de mantenimiento, incluso que no logren completar los valores normales del mes la demanda hídrica estará cubierta. Posiblemente el norte donde ha llovido menos quede algo más exigido, de todas maneras el sector es el que queda con mejores posibilidades de recibir precipitaciones en lo que resta del invierno. De concretarse algunas lluvias menores durante la jornada del viernes, también en el oeste-sudoeste provincial pueden reaparecer los excesos temporarios.
La condición de humedad del centro sur entrerriano es común a todo el este de BA y gran parte del este de SF, la disponibilidad de humedad pierde holgura al desplazarnos hacia el oeste, con valores mínimos en el sur de CB, LP y el margen oeste de la provincia de BA.

El siguiente cuadro compara los datos estadísticos finales de trigo, lino, girasol, soja y arroz de las dos últimas campañas agrícolas en Entre Ríos.

El procesamiento de los datos brindados por la Red de Colaboradores del SIBER ha permitido determinar que el avance en las labores de implantación del trigo se ubica alrededor del 12% de la primera estimación que, hasta el momento es levemente inferior al área de la campaña anterior. Es dable acotar que este porcentaje muestra un atraso del 39% con respecto al progreso alcanzado en el ciclo agrícola anterior que marcaba 49 puntos porcentuales a igual fecha.
Los departamentos La Paz, Nogoyá, Uruguay, Paraná y Victoria se encuentran entre los que más hectáreas han sembrado, abarcando un rango que se ubica entre las 3.000 ha y las 7.000 ha aproximadamente.
Esta intención de siembra todavía no está claramente definida ya que existen factores que pueden inclinar la balanza hacía uno u otro lado: el precio poco atractivo del cereal, las complicaciones para vender el trigo de la campaña pasada y la postergación de las labores como consecuencia de las reiteradas lluvias impulsan la disminución del área.
En contraposición a lo mencionado, la necesidad de rotación de los lotes y las óptimas condiciones de reservas hídricas del suelo, son condiciones que juegan a favor de mantener o aumentar la cantidad de hectáreas a implantar.
El comportamiento de las precipitaciones durante el próximo mes será un factor decisivo para la definición de la superficie final; cabe mencionar que en el departamento Gualeguay se han tenido que resembrar algunas hectáreas como consecuencia del encharcamiento de las chacras.
Por otra parte, con referencia a la implantación de lino se observa un escenario similar al del trigo aunque las labores están algo más postergadas; existiendo una intención que por el momento se posiciona similar a la de la campaña 2009/10.

Después de un período de alta humedad y temperaturas moderadas el avance de un frente frío provocó algunas lluvias y comenzó a ubicar las temperaturas en valores que concuerdan con la proximidad del invierno. Tanto las mínimas como las máximas reflejaron un descenso; las primeras ubicándose entre 1ºC y 2ºC, casi la mitad de los valores de la semana anterior y las segundas con un tope de 22ºC pero con una tendencia a descender aun más en los próximos días.

La disminución de la cantidad de horas de luz solar propias de la estación, sumada a una semana con alta nubosidad, lluvias y neblinas desmejoró la Tasa de Radiación Solar Media registrada, llevándola a valores muy bajos aun para esta época del año. La Humedad Relativa Ambiente se mantuvo muy alta durante casi todos los días de este período, llegando a un valor promedio superior al 80%. También las horas de mojado foliar acumuladas registraron el impacto de las lluvias y del gran contenido de humedad del aire, acumulando valores que en algún caso fueron superiores a las 120 horas, casi al equivalente a 5 de los siete días considerados.