Las primeras jornadas del mes de abril apenas han mostrado cambios respecto al comportamiento pluvial de los últimos diez días de marzo. La jornada del viernes pasado, presentó el mayor grado de inestabilidad del período que estamos analizando. Durante la misma un sistema frontal favoreció el despliegue de mal tiempo, el cual fue más efectivo en cuanto a lluvias sobre el SF y sectores de CB.
En el mapa que representa las lluvias de la última semana, se destacan los departamentos Paraná y Diamante como los más beneficiados por la oferta de agua, predominando valores de entre 15 y 20 milímetros, con algunos registros puntuales de mayor importancia. Las lluvias fueron menores a 10 milímetros en el resto de la provincia, inferiores a 5 sobre el este o incluso solo algunas lloviznas que no alcanzaron a dejar marca.
Dada la altura del año no es preocupante este comportamiento pluvial, aunque claramente no es el que se corresponde con la transición estacional. Usualmente ésta es una época muy inestable en el que las masas de aire húmedo todavía tienen importante presencia en la Mesopotamia. La reciente irrupción de aire frío y seco, no hace más que fortalecer este período libre de precipitaciones. Aún cuando se proyecta el pasaje de algunas perturbaciones, el vapor de agua disponible en la atmósfera no basta para generar un nivel de condensación apropiado que garantice el desarrollo de nubosidad de importancia. Es decir, no se aguardan lluvias.
Se espera que la situación evolucione con aumento de la temperatura y la humedad durante las próximas jornadas, sin embargo es posible que el buen tiempo se mantenga incluso hasta mediados de la semana próxima. Hasta entonces solo podrían darse algunos pasajes de nubosidad.