Una oportunidad para no desaprovechar, por Cristian Mira
14/07/2011
Las tan mentadas y pocas veces concretadas políticas de Estado son, ni más ni menos, las que proponen para el país ex secretarios de Agricultura de gobiernos democráticos de distinto signo.
Si el campo puede alguna vez trabajar en un contexto previsible, creen, tendrá condiciones óptimas para desarrollar todo su potencial. Producir granos o criar hacienda significa enfrentarse con dos variables de riesgo: el clima y los mercados. Esto vale tanto para los farmers del Medio Oeste norteamericano como para los chacareros de la pampa húmeda. En la Argentina, sin embargo, hay una tercera variable de riesgo: la política. Este factor se agravó en los últimos seis años, cuando el gobierno kirchnerista interpretó que para cuidar "la mesa de los argentinos" había que controlar los precios, restringir las exportaciones y aumentar la presión fiscal sobre la actividad agropecuaria. En vez de crear un clima propicio para incentivar las inversiones y aumentar la producción, tanto para el mercado interno como para el exterior, se enfrentó con el agro. El clímax de esa forma de pensar se vivió hace tres años, cuando se intentó imponer las retenciones móviles a los granos, que le ponían un techo al crecimiento del agro. Este criterio intervencionista y regulador, pese a que la presidenta Cristina Kirchner se alegra por haber conseguido una cosecha de 100 millones de toneladas, no ha variado. El mundo, mientras tanto, está en otra sintonía. Con China y la India a la cabeza, demanda cada vez más alimentos y biocombustibles. Necesita que países como la Argentina, que tienen tierras fértiles y capital humano altamente calificado, produzcan todo lo que pueden. Y están dispuestos a pagar por ello.
Fuente: Agrositio Por ese motivo, los ex secretarios de Agricultura señalan que el escenario internacional brinda una "oportunidad histórica" y que el país puede capitalizarla. El beneficio no será para un pequeño grupo a los que cierta jerga oficial identifica como los "poderes concentrados". El documento pone énfasis en la necesidad de construir una nueva visión, que entienda al agro como un sector capaz de generar empleo, ocupar el territorio y que cuenta con unas 400.000 pymes de capital nacional. Las críticas de los ex funcionarios no se dirigen sólo al actual gobierno. Creen que gran parte de la sociedad tiene una concepción errónea sobre la actividad, que percibe al campo como un sector poco tecnificado y limitado a "generar rentas naturales". Para comenzar a modificar esa visión, creen que el país debe debatir una política agropecuaria, consensuada por distintos sectores de la sociedad. En definitiva, una propuesta para el largo plazo.