Las principales variables que resumen la producción de maíz de primera fueron:

- Superficie sembrada      378.900 hectáreas (ha)
- Superficie no cosechada  67.000 ha
- Superficie cosechada     311.900 ha
- Rendimiento promedio      2.085 kg/ha
- Producción                         650.415 toneladas (t)

La superficie implantada con maíz de primera experimentó una notable caída interanual del 18 % (83.000 ha).
La reducción de la superficie sembrada estuvo fuertemente asociada al anuncio de un evento “La Niña” (escenario climático desfavorable para el maíz de primera) que se hizo presente por por tercer año consecutivo. Además, las escasas precipitaciones del mes de septiembre que imposibilitaron concretar el área inicialmente programada.
Debido al severo déficit hídrico en el trimestre noviembre - diciembre - enero (que generó una drástica caída del rendimiento del cereal), los productores optaron en la medida de las posibilidades de destinarlo al consumo animal directo, y por lo tanto, se incrementó la superficie no cosechada para “grano seco o comercial” que abarcó el 18 % (67.000 ha). Esto representó una variación interanual del 356 % (52.300 ha).
El rendimiento promedio provincial tuvo una disminución interanual del 35 % (1.132 kg/ha) y al comparar con el promedio del último lustro, se detectó una variación del 62 % (3.355 kg/ha).
La producción de maíz de primera registró una caída en relación al ciclo anterior del 55 % (788.380 t).
Los datos estadísticos sobre la evolución de la producción de maíz de primera en Entre Ríos se presentan en la Tabla 1. Es importante resaltar que, si para el cálculo del rendimiento promedio provincial se incluye el área no cosechada, el valor se sitúa en 1.717 kg/ha, lo que apenas representa el 52 % del rendimiento de indiferencia, que fue presentado en el boletín económico precampaña, ubicado en torno a los 3.314 kg/ha. En otras palabras, por cada hectárea sembrada de maíz el productor sufrió una pérdida equivalente a 1.597 kg/ha.

El rendimiento promedio de todos los departamentos se posicionó por debajo de los 3.000 kg/ha.
El sector Oeste (departamentos Diamante, Paraná, Nogoyá y Victoria) fue el más afectado por la sequía estival, ya que tuvo un valor de 1.622 kg/ha.
Por otra parte, a nivel de lote, los guarismos oscilaron entre 500 kg/ha y 4.500 kg/ha.
Los datos estadísticos sobre la producción de maíz de primera a nivel departamental se presentan en la Tabla 2.

Los años bajo la influencia de “La Niña” suelen caracterizarse por una disminución de la precipitación en el verano. Por otra parte, se registra un incremento en las marcas térmicas. Esta combinación de variables, normalmente tiene un efecto negativo en el rendimiento del cereal.
El periodo crítico del maíz se ubica entre 15 días antes y 15 días posteriores a la floración. En la provincia de Entre Ríos esta etapa fenológica se concentra en el mes de diciembre.
En la Figura 1 se muestra la precipitación promedio acumulada (2004-2021) entre los meses de noviembre a enero, los registros correspondientes al ciclo 2022/23 y su variación.
La precipitación promedio acumulada en este trimestre se sitúa en 370 mm, no obstante, en el ciclo 2022/23 se registró una merma del 65 % (239 mm).

Con respecto a la variable temperatura máxima, se registró un incremento de 4,2 ^oC.
El promedio de la temperatura máxima para este trimestre (datos publicados por el Servicio Meteorológico Nacional en el periodo 1981 – 2010), se ubica en 29,7 ^oC. Mientras que, en el ciclo 2022/23 el valor ascendió a 33,9 ^oC (dato obtenido de la red de centrales meteorológicas de la BCER).

Por otra parte, cabe destacar la cantidad de días donde la temperatura máxima superó los 35 ^oC, hecho que se puede asociar a un escenario de estrés térmico.
Desde el 01/Nov/2022 al 31/Ene/2023 se contabilizaron un total de 43 días caracterizados por estrés térmico, los cuales se presentan en la Figura 2.

En la Figura 3 se presenta el promedio de la precipitación acumulada y el NDVI para la provincia de Entre Ríos en el trimestre noviembre – diciembre – enero en los últimos 10 años.
El Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI, por sus siglas en inglés) es una medida de la salud y densidad de la vegetación basada en la diferencia entre la reflectancia de la luz roja y la luz infrarroja cercana.
En general, los valores de NDVI cercanos a 0 indican una baja densidad o vegetación senescente, mientras que los valores más altos (cerca de 1) indican una alta densidad y salud de la vegetación.
Tal como puede observarse, el promedio del NDVI en el trimestre noviembre – diciembre – enero es el más bajo de la última década y da una idea del impacto de la sequía, ya que el promedio para este periodo se suele posicionar alrededor de 0,6.

Para finalizar, en la Figura 4 se presenta la anomalía del NDVI para el trimestre noviembre – diciembre – enero en comparación al promedio 2002 – 2022.
La anomalía del NDVI se refiere a una desviación significativa de los valores de NDVI en relación a un promedio de larga duración (por ejemplo, un promedio mensual o anual durante varios años). Esto significa que los valores de NDVI están por encima o por debajo de lo que se considera normal para un determinado período de tiempo y lugar.
La anomalía del NDVI para el trimestre en estudio manifiesta una fuerte tendencia hacia valores negativos, es decir a una condición de la vegetación muy debajo de los valores normales.