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últimas 4 semanas 
Cambiando del domingo para el lunes el tiempo se inestabilizó en forma generalizada sobre la franja central del país. Los resultados en cuanto a lluvias fueron muy dispares, predominando, en general, acumulados decepcionantes. Sobre la provincia de ER, hubo al menos algunas excepciones zonales de escala reducida, pero no se puede decir que el escenario pluvial se haya modificado.
Cuando el frente alcanzó la provincia de ER se volvió más activo. Los desarrollos nubosos se pudieron expresar en un mayor desarrollo vertical, pero sólo en forma muy heterogénea se desarrollaron algunas tormentas de real importancia, donde hubo sumas pluviales que quebraron la barrera de los cuarenta milímetros, algo que para una semana de febrero es perfectamente razonable y que este año ha sido un comportamiento muy esquivo. Independientemente de este comportamiento puntual, se definieron corredores homogéneos donde las lluvias lograron sumar más de diez milímetros, pero basta mirar el mapa para concluir que ha sido otro evento donde las lluvias modestas fueron las que marcaron el paso de la oferta de agua, sin un auxilio que puede considerarse de valor significativo.
El devenir del mes de febrero está claramente marcado en forma deficitaria. No hay previsto para estos últimos días del segundo mes del año lluvias que puedan quebrar este patrón. Se espera alguna inestabilidad durante el viernes y el comienzo del sábado con el pasaje de un nuevo frente, sin embargo, esta instabilidad no encontrará condiciones dinámicas para potenciarse y traducirse en precipitaciones.
Si proyectamos el inicio del mes de marzo, debemos pensar en la continuidad de este patrón seco o deficitario. Como venimos diciendo, no han sido pocos los pasajes frontales o los periodos inestables, lo que sí, han sido mayoritariamente pobres.
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El balance hídrico sólo expresa ligeros cambios en el estado de sequía que viene predominando en la provincia. Debemos considerar que cuarenta milímetros de lluvia sólo han bastado para que las reservas crezcan apenas una categoría en el camino a la recuperación. Regresar a niveles adecuados de reserva, parece ciertamente una pretensión demasiada ficticia, al menos para lo que resta de la campaña.
Considerando el estado que presenta el mapa, las necesidades pluviales para los próximos quince días superan los cien milímetros. Nuevamente podemos decir que no sería para nada inusual que la provincia de ER reciba este nivel de precipitaciones en esta transición de febrero para marzo, sin embargo, la evolución de las condiciones meteorológicas, no necesariamente respetan las estadísticas.
Como venimos observando, los registros pluviales persisten en acumulados que no logran los valores normales, con excepciones de escaso despliegue areal. Si a este contexto le sumamos lo que se prevé para el corto plazo y lo que se puede vislumbrar para el mediano plazo, vemos como resultado un panorama donde los cien milímetros que demandan los suelos entrerrianos se hacen muy improbables de satisfacer.
Este análisis puede resultar un poco pesimista para la realidad que atraviesan muchos cultivares en la provincia y que aún se ilusionan con algún evento pluvial generoso. El escenario que se plantea surge del sentido común y plantea la situación de mayor probabilidad. Esto es, lo más probable es que durante la próxima quincena, la sequía siga instalada en la provincia.
Este panorama puede presentar matices de menor escala, pero realmente debería operarse un cambio muy significativo en el patrón atmosférico para que la situación evolucione de manera perentoria hacia niveles de reservas adecuada. Como sea los resultados de la campaña ya se perfilan deficitarios.
Los productores de la provincia de Entre Ríos han soportado dos sequías severas en un período menor a 10 años.
La primera ocurrió en la campaña 2008/09, donde la precipitación promedio acumulada entre noviembre y febrero fue de 250 mm (en Entre Ríos en estos cuatro meses el monto normal se sitúa alrededor de 500 mm).
Actualmente el ciclo 2017/18 se enmarca dentro de un escenario similar. La precipitación promedio acumulada del 1/Nov/17 al 20/Feb/18 fue de 222 mm, por lo tanto se registró una reducción del 56 % en relación al valor esperado.
La principal diferencia entre ambas sequías radica en el momento de su mayor déficit (ver Figura 1).
En el ciclo 2008/09 inició con un déficit en noviembre, el mayor impacto se registró en diciembre y continuó con menor intensidad durante enero. Finalmente, la situación se modificó en febrero, con lluvias por encima de los montos históricos.
El ciclo 2017/18 también comenzó con un déficit leve en noviembre, se tornó moderado en diciembre y se agravó entre enero y febrero. Lo más peligroso de este panorama (además de las importantes pérdidas en los cultivos estivales) es que en el corto plazo no hay signos de que pueda llegar a revertirse.
Figura 1: Comparación de la precipitación entre noviembre y febrero para el ciclo 2008/09 y 2017/18 en la provincia de Entre Ríos.
Es trascendental analizar la distribución de la precipitación acumulada desde noviembre a febrero entre las campañas 2008/09 y 2017/18. Cabe aclarar que al día de la fecha, los pronósticos no están informando sobre precipitaciones para los próximos días, por lo que es muy factible que el mes de febrero cierre con los montos acumulados presentados en la Figura 2 (donde el último evento se registró el martes 20).
En el ciclo 2008/09 todo el sector Sur del territorio tuvo un acumulado de lluvias que superó los 300 mm, donde su aporte representó el 54 % (156 mm) del total.
En contraste, en el ciclo 2017/18 son muy escasos los sectores donde la precipitación acumulada ha superado los 300 mm, estos montos se han registrado fundamentalmente en el departamento Gualeguaychú. El mes de febrero ha aportado solamente 11 % (24 mm) del total.
Figura 2: Distrubición de la precipitación acumulada entre noviembre y febrero para los ciclos 2008/09 y 2017/18 en la provincia de Entre Ríos.
Figura 3: Avance de cosecha de maíz por zonas en Entre Ríos.
En Entre Ríos el avance de cosecha del cereal se posiciona en el 22 %, sobre un total de 266.500 ha implantada (Figura 3).
El rendimiento promedio provincial del último lustro en la provincia de Entre Ríos es de 6.200 kg/ha, no obstante el rendimiento provincial al día de la fecha se estaría posicionando alrededor de 1.700 kg/ha por debajo de este valor, lo cual representaría una caída del 28 % aproximadamente.
Excesos hídricos en estadios iniciales afectaron la densidad lograda y retrasaron la siembra fuera de la fecha óptima, esto sumado a la falta de agua en el período crítico son las causales más mencionadas por los colaboradores de los bajos rindes.
El progreso de las labores se encuentra limitado por la humedad del grano, ya que el productor no quiere sumar el costo de secado.
Figura 4: Condición del sorgo por zonas en Entre Ríos.
El estado fenológico de la gramínea va desde panoja embuchada a madurez fisiológica, con lotes próximos a cosechar.
A nivel provincial el cultivo presenta una condición de buena a muy buena en el 29 % del área sembrada y 71 % de regular a mala (Figura 4).
El deterioro en la condición del cultivo está determinado por el severo estrés hídrico y los ataques de cogollero. Se observan lotes con retención de panoja y plantas secas. En casos extremos se dan por perdido lotes por completo.
Figura 5: Condición de maíz de segunda y tardío por zonas en Entre Ríos
El maíz de segunda y tardío es el más perjudicado de los cultivos de verano. Solamente un 15 % de la superficie se ubica en la condición de muy buena a buena y el 85 % restante se posiciona de regular a mala. Al igual que sorgo, los colaboradores informaron que se han perdido lotes por completo. La condición del cultivo por zonas se muestra en la Figura 5.
El porcentaje calificado de bueno a muy bueno se encuentra en estado vegetativo a inicios de floración.
La mayor parte del área implantada con el cereal presenta hojas acartuchadas, secas y daños por cogollero.
El cultivo de arroz se encuentra en plena floración y llenado de granos. En algunos casos se inició la cosecha con buenos rindes, pero aún faltan de diez a quince días para que la misma se generalice.
El 93 % de las 62.650 ha sembradas con el cultivo en la provincia se encuentran con una condición de buena a muy buena y el 7 % restante en una situación regular. El estado sanitario es bueno.
En la zona de represas se está restringiendo el uso del agua, ya que el nivel de almacenaje ha bajado considerablemente.
En la provincia de Entre Ríos se cosechó el 84 % de la superficie sembrada con girasol. Cabe recordar que en la campaña 2017/18 se implantaron solamente 1.500 ha, por lo tanto se generó una caída del 67 % en relación al ciclo 2016/17 que tuvo un área de 4.600 ha.
El rendimiento promedio provincial se sitúa alrededor de 2.100 kg/ha, esto equivale a un incremento del 20 % (352 kg/ha) con respecto al año pasado. De mantenerse este valor la producción se situaría en 3.150 toneladas.
