La última quincena del mes de junio no presentó lluvias de importancia, lo cual no remite a una situación de ambiente seco sino más bien todo lo contrario, dado que en este período continuaron prevaleciendo las masas de aire húmedo. Las lluvias fueron reemplazadas por muchas jornadas con nieblas y neblinas, haciendo muy eficiente el rocío. Este proceso repetido, en muchos casos fue detectado por las estaciones automáticas de la red de la BCER, las cuales tienen una precisión de un par de décimas de milímetros. Estas mediciones, muchas veces no son tenidas en cuenta por las observaciones convencionales. En definitiva esos modestos registros han acumulado algunos milímetros dispersos en la geografía entrerriana en estas últimas dos semanas, siendo las nieblas el principal inconveniente que el ambiente húmedo ha generado.
Las lluvias del mes de junio, fundamentalmente acumuladas en la primera quincena, fueron más importantes sobre el este. Sobre el centro norte y el oeste en general los aportes pluviales fueron más modestos y en muchas localidades de este sector no se alcanzaron las marcas normales. Es decir a pesar del predominio del ambiente húmedo, esto no necesariamente se tradujo en sistemas precipitantes destacados, lo cual evidencia cierta estabilidad de la atmósfera media, no solo en el oeste entrerriano, sino en gran parte del sur correntino, SF, CB y LP. Como es notorio, la sobreabundancia de lluvias más destacada se concentró en el norte de la Mesopotamia y en la naciente de los principales afluentes del Paraná y Uruguay, algo que con el correr del mes de julio se reflejará en el caudal de estos ríos, presionando en las costas desbordes generalizados, principalmente en áreas del delta.
El corto plazo presenta el retorno de las precipitaciones más que nada en la jornada del sábado.