Lo más notable del resultado del cálculo del balance hídrico para las 9 hs de ayer, es que independientemente de los dispares volúmenes de lluvia, todo el territorio entrerriano presente excesos hídricos. Es decir este, escenario era posible de concretar ya con acumulados del orden de los cuarenta milímetros, lo cual habla de la condición previa que tenían los suelos. O sea, la saturación que las últimas lluvias de marzo habían producido en los suelos, hacían totalmente innecesarias nuevas lluvias, mucho menos eventos como el que finalmente se observaron. Debemos considerar en este sentido, que grandes sectores del territorio entrerriano cuentan con un drenaje favorable, por la red de arroyos y ríos que se despliegan en su geografía. Esto no sucede en el centro de SF, donde hay más de 1 millón de hectáreas anegadas, principalmente en la cuenca tambera. Dentro de esta área hay comprometidas más de 100 mil ha de soja, sorgo o maíz. Es decir ante episodios similares las consecuencias pueden ser disímiles. No estamos diciendo que estas lluvias hayan sido favorables para la provincia de Er, sin embargo podemos considerar que una vez que se afiancen las condiciones de estabilidad, la situación evolucionará con mayor facilidad que en otros sectores de la zona núcleo y consecuentemente las tareas de cosecha podrán ser retomadas con más prontitud.
Las perspectivas para los próximos días aun muestran pasajes de nubosidad y alguna posibilidad de lloviznas o lluvias débiles, sin embargo, la masa de aire húmedo comienza a retirarse. Esta situación se irá fortaleciendo teniendo en cuenta que los vientos del oeste y sudoeste serán intensos en los próximos días y por lo tanto el posterior asentamiento de una zona de alta presión en el continente irá definiendo un período que resultará más benigno para encaminar la cosecha.